Calcular el coste total de producción es crucial para identificar ubicaciones de producción competitivas. Hay que tener en cuenta diversos factores, como los costes de material, mano de obra y logística a escala regional.
Los costes directos de material incluyen todos los gastos de materias primas y componentes necesarios para la producción. Estos costes varían mucho en función de la disponibilidad de materiales en una región y de los costes de transporte y aduanas asociados. En las regiones con abundancia de materias primas, los costes de los materiales suelen ser más bajos, mientras que las cadenas de suministro más largas conllevan costes más elevados. Las normativas medioambientales y las restricciones a la importación también pueden influir en los precios de los materiales.
Los costes laborales se componen de salarios, cotizaciones a la seguridad social y otras prestaciones. Estos costes suelen ser más bajos en los países en desarrollo, pero factores como la productividad y la experiencia pueden influir en la eficiencia. Los costes laborales más elevados de los países desarrollados pueden compensarse con una mano de obra más eficiente. Las normativas legales, como los salarios mínimos y las normas de salud y seguridad, también desempeñan un papel e influyen en los costes globales.
Los costes de explotación incluyen la energía, el alquiler, el mantenimiento y las infraestructuras. Pueden variar mucho de una región a otra, en función de los recursos energéticos y la disponibilidad de personal cualificado. En regiones con costes energéticos favorables, como la energía hidroeléctrica o los combustibles fósiles, los costes de explotación pueden ser más bajos. En cambio, una normativa medioambiental estricta o una infraestructura deficiente pueden aumentar considerablemente los costes de explotación.
Los costes de transporte y logística son factores decisivos en la fabricación, especialmente en las cadenas de suministro globales. Los centros de producción cercanos a los mercados de venta o a importantes nudos de transporte se benefician de rutas de transporte más cortas y costes más bajos. Las infraestructuras bien desarrolladas, como autopistas, puertos y conexiones ferroviarias, reducen considerablemente los costes logísticos y garantizan entregas más rápidas. En cambio, en las regiones con infraestructuras deficientes pueden producirse costes y retrasos más elevados, lo que aumenta el coste global de la producción. La elección del medio de transporte, por ejemplo camión, tren o barco, también influye en la eficacia y los costes de la logística.
Muchos países ofrecen subvenciones y exenciones fiscales para motivar a las empresas a instalarse en determinadas regiones. Estos incentivos pueden reducir considerablemente los costes de producción y adoptar la forma de desgravaciones fiscales o subvenciones. Sin embargo, las empresas deben asegurarse de que las condiciones y la duración de estos incentivos son estables a largo plazo. Estos incentivos suelen estar vinculados a requisitos como la creación de empleo o la inversión en determinadas tecnologías. A largo plazo, las empresas deben incluir la sostenibilidad de tales incentivos en sus consideraciones estratégicas.